En tiempos de receso, y mientras planificamos la agenda de cursos para implementar a partir de febrero, queremos compartir esta lista elaborada por el consultor Eduardo Kastika para ver cómo mas allá de su carácter general -y de sus ilustraciones caricaturizadas y no jurídicas- esos principios (o "excusas") son plenamente aplicables a la capacitación judicial. Estos son con frecuencia algunos mecanismos defensivos (u ofensivos) que usamos y oímos usar.
1. Conseguir alguien que nos diga que “ya estamos capacitados”. Siempre vamos a encontrar a alguien que adule. Alguien que, sin corroborar demasiado, nos ubique en el altar de los conocedores de lo que sea.
2. Minimizar el esfuerzo del aprendizaje (y posponer). Es suponer, por ejemplo, que para aprender a hacer algo sólo falta “un poquito de tiempo” para dedicarse. Y listo. “Estoy con mucho trabajo y no tengo tiempo, pero en el verano / después de la feria / el año que viene me pongo al día”.
3. Ofenderse. Tomar cualquier sugerencia vinculada a nuestro aprendizaje como un agravio, como si nos estuvieran humillando.
4. Compararnos con gente menos competente. Siempre habrá otra persona que sabe menos que nosotros. (- “Creo que te vendría bien agregar algunos conocimientos sobre biología para complementar tu trabajo de guía de turismo en Usuahia”. - “No estoy de acuerdo. Al lado de Jorge y Esteban, soy Darwin”).
5. Decretar, por nosotros mismos, que ya sabemos lo que tenemos que saber. (- “Tenemos un nuevo cliente, importante, en Milán. Sería buenos que empieces a aprender italiano”. - “Estuve tres veces en Italia. Me manejo bastante bien: bonasera, grazie, bambino…Quedate tranquilo que me manejo”).
6. Hacer comparaciones exageradas para restarle importancia al tema. - “¡Hay tala indiscriminada de árboles en Amazonas y tu única preocupación es que yo aprenda a usar el Excel!”
7. Responder con un listado de lo que sí sabemos. Esto es, considerar el aprendizaje estrictamente como una obligación que ya está cumplida por el hecho de haber aprendido algo alguna vez. “Soy técnico mecánico, tengo tres años de Arquitectura, leo inglés a la perfección, llegué a manejar obras de tres pisos… ¡Y ahora se te ocurre que tengo que aprender AutoCad!”.
Tal vez podamos agregar dos puntos más a la lista: la idea de que "eso no me va a servir, es teórico y no práctico" (que implica descalificar por adelantado todo esfuerzo de comprensión general de un tema o forma de trabajo) y la idea de que "es muy difícil, yo no lo voy a entender" (que implica subestimar las propias capacidades y exagerar la complejidad del tema, lo que termina siendo una predicción autocumplida, porque el enfoque clausura el único puente de comprensión disponible para acceder al tema que se desconoce; es frecuente que se utilice esta defensa con temas en los que se tuvo mala experiencia en cursos previos académicos o extracurriculares).