La disertación de Enrique Mariscal abrió el ciclo 2011 del Centro de Capacitación Judicial de la provincia de La Pampa. El 4 y 5 de abril, el reconocido psicólogo propuso un encuentro distendido y reflexivo a más de 40 participantes que se desempeñan en dependencias judiciales de Santa Rosa, General Pico, Victorica y General Acha.| Crónica de Romina Maraschio
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La primera consigna fue dejar atrás las barreras que separaban a los asistentes y aprovechar al máximo la unión de la energía de todos. Así, el grupo se ubicó en forma de círculo, dejando afuera una columna y las sillas desocupadas, porque “cuando hay muchos obstáculos para el cambio, hay que sacarlos”, propuso.
“¿Están cómodos? Entonces cambien de lugar, porque la comodidad no es buena –planteó-. Si cuesta dejar una silla que ocupamos unos minutos ¡qué difícil es dejar la silla que ocupamos muchos años!”
Luego, comenzó su charla hablando de las crisis, los cambios y la búsqueda de la seguridad. “Mucha gente se ha metido en la Justicia para estar bien atrincherado en algo que no cambia. Pero en realidad la Justicia es la oportunidad del amor, de la paz”.
“Si hay alguien que ocupa un espacio de poder es el juez. Pero la sociedad no avanza si el lugar lo ocupa un mero burócrata que busca la absoluta seguridad en lo que hace, de tal manera que nadie lo pueda atacar. La propuesta es encontrar dentro de la ley márgenes creativos posibles de elevación de más justicia, que se pueden manejar si uno se anima a hacerlo. Si no, queda una ley reducida, chiquita, muy pequeña”.
“Si hay un juez con poca imaginación, centrado en su pequeño interés personal y le das más conocimientos e información, es cada vez más peligroso. No es por el conocimiento y por la información que una persona va a cambiar y va a iluminar su juzgado. Es por su progreso, hay que trabajar sobre las actitudes, para que alguien quiera hacer las cosas de una manera más elevada. Hay que hablar mucho con quien nos sirve hacerlo. Porque si uno alterna con personas chismosas, se vuelve chismoso. Si alterna con personas creativas, se vuelve creativo. Si estás con pesimistas, te volvés pesimista. Esas actitudes se adquieren. Por eso, si uno trabaja con gente de fe, entusiasta, eso entusiasma”, aseguró.
El cambio.
En una pausa de la capacitación, Mariscal brindó una entrevista en la que pudo ampliar algunos de los conceptos que ofreció en su charla.
- ¿Por qué la resistencia al cambio?
- Toda estructura tiende a preservar lo que es. Hay como un efecto de cohesión, de pregnancia, que hace que un triángulo se mantenga como un triángulo, aunque uno le siga tirando otros trazos encima, se ve el triángulo que se mantiene como una organización de elementos que conforman una totalidad. Eso se llama guestalt o estructura, guestalt es una palabra alemana incorporada al vocabulario psicológico y social, para implicar que toda estructura tiene un sentido que le da unidad y las partes se llaman unas a otras. De tal manera que la resistencia al cambio obedece a un impulso natural de grupos, familias, empresas, sociedades a mantenerse en lo que son. A veces toman la forma del nacionalismo, de las tradiciones, de un club de fútbol, no quieren innovación, parece que la innovación los mutila, los hace débiles. Es todo lo contrario; hasta para mantener las tradiciones, hay que innovarlas. O inventamos o nos equivocamos porque en estos momentos el cambio es profundísimo, permanente.
- ¿Hay un factor generacional en la resistencia al cambio?
- La generación joven tiene menos elementos que tirar por la borda, pero no es muy selectiva, no sabe y es posible que compre basura. La juventud y la adolescencia han sido muy bien estudiadas por los marketineros no para desarrollarla, sino para usarla como material de consumo. Todos venden en esta sociedad, utilizan estructuras de manejo de las personas.
- ¿Cómo se puede lograr una mirada crítica que construya?
- Tiene que tener un nivel alto de conciencia. Si querés educarte necesitás toda una sociedad, no se educa con redactar un currículum, hay toda una voluntad educativa de una sociedad. Eso no lo tenemos; lo que tenemos en realidad es una sociedad que no se preocupa mucho por los modos.
- ¿Cuál es la importancia del trabajo en equipo?
- Es una ayuda poderosísima para salir de lo egoico, de lo egocéntrico y para las tareas que tenemos que realizar en una organización. El grupo te ayuda a centrarte en la tarea y no tanto en lo egocéntrico. Necesitamos aprender a trabajar en grupo y Argentina eso no lo tiene. En esta sociedad se forman los grupos para el combate en general. Tenemos una concepción triunfalista de todo. Para nosotros la interacción tiene que ver con ganar. Si uno no gana, no sirve para nada. Si alguien es segundo en el club, decís es un inútil. Es un nivel de crueldad tremendo. Entonces el valor no es desarrollo, es triunfalismo y eso no es educativo, es una deformación del mercado. “Éxito” proviene de una palabra en inglés que significa salida, entonces ¡cuidado! ¿de dónde querés salir con el éxito? Por eso tenemos una sociedad triste y violenta, yo quiero lo que tiene el otro, envidio, quiero el premio del otro. Hay que replantear valores en todos los niveles. Esto es un trabajo de todos los profesionales. El rol del educador es muy importante.
- ¿Hay ámbitos más estructurados para resistir al cambio?
- Cuanto más dogmática es una persona, más se cierra en sus tradiciones y en sus esquemas. El fanatismo puede llevar a una guerra porque el dogma no incorpora ninguna duda, se impone. En un mundo en el que hay que aprender de lo que desconocemos, hay que amar lo que desconocemos. Todos los físicos nucleares están trabajando sobre lo que no ven, van a chocar con el alma, que tampoco se ve pero actúa.
- ¿Cuál es el paso siguiente después de una capacitación como ésta?
- El Poder Judicial le tiene que demostrar a la sociedad que la Justicia es la oportunidad del amor. Entonces cada Centro de Capacitación tiene que ser un centro de paz social, hay que buscar un pacifista, alguien que encuentre el punto de armonía en el conflicto. Ese punto de armonía es un punto de no combate, son todos los modelos de ganar, nadie pierde, pero vos podés ganar en cosas que no son cuantificables, como en el reconocimiento: esa es la línea de trabajo. El conflicto es la presencia del límite y va a existir siempre. Simplemente el conflicto lo que te dice es ‘así no, inventá otra cosa, sino te equivocás’.
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[Perfil] Enrique Mariscal es graduado en Psicología, Filosofía y Ciencias de la Educación. Fue maestro rural, profesor en el Colegio Nacional de Buenos Aires, asesor en varias universidades, consultor de la Organización Mundial de la Salud y se ha desempeñado como especialista en la UNESCO-Cepal de Naciones Unidas. Es autor de más de 30 obras sobre pedagogía, creatividad, motivación y liderazgo y actualmente imparte cursos, seminarios y conferencias de desarrollo personal, trabajo en equipo y creatividad en importantes empresas. En el ámbito jurídico, ha sido expositor en numerosos congresos y actividades de capacitación y está a cargo de la dirección de la carrera y formación docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Web: www.enriquemariscal.com.ar